(Por Agustina Farias) - La nadadora
de Aguas Abiertas, actualmente tetracampeona mundial, nos contó sus experiencias
personales y curiosidades de esta gran disciplina.
(Página web. www.eldepornauta.com.ar)
-Toda
persona que nada en aguas abiertas, anteriormente practicó natación común. ¿Cómo
decidiste iniciarte en esta disciplina?
Yo arranqué
a nadar a los seis, por un tema de seguridad. Mis papás siempre nos llevaban a
todos a practicar natación por seguridad, porque en vacaciones íbamos a
lagunas. Todo eso era lo más importante de la natación. Mis hermanas ya estaban
en el equipo y eran más grandes que yo, entonces era una motivación para mí
estar con ellas. Puntualmente de cuando me inicié en aguas abiertas, al principio
nadaba solo pecho pero después empecé a hacer distancias largas en pileta y me
gustaba el tema de nadar en cantidad. 500 metros es lo máximo que hay en
pileta. Así que empecé con las aguas abiertas
a los 15 años. La primera vez fue en San Antonio de Areco y al principio
hacia las dos al mismo tiempo. Después me di cuenta que algún momento iba a
tener que decidirme por alguna, porque siempre digo, si vos querés ser en algo
muy bueno tenés que dedicarte al 100% a eso.
-¿Qué
diferencias hay entre un entrenamiento de natación y uno especial de aguas
abiertas?
En aguas
abiertas puede haber carreras de diez horas. Hay que trabajar más el fondo, el
aeróbico que no lo trabajás tanto en pileta. De todas maneras no incide tanto
para un nadador de 1500 metros, sí para un nadador de 50 metros. Osea, el
nadador de 1500 metros puede competir en aguas abiertas está preparado
físicamente. El tema es si le gusta o no.
-¿Cuánto
tiempo le dedicás de entrenamiento? ¿Cómo es tu rutina semanal?
El aeróbico
es todos los días. Todos los días entreno doble turno. A la mañana y a la tarde
natación y además tres veces por semana hago gimnasio. Además de todo esto, todos
los días yo hago elongación de media hora, hace muchos años. Así que es
dedicado al 100%.
-Sabemos
que ganaste muchos títulos ¿Recordás el primero?
El primero
fue en el 2010. En la anteúltima carrera yo ya venía primera y yo sabía que
sólo tenía que terminar la carrera porque ya venía ganando igual por diferencia
de puntos. En ese momento, el reglamento decía que no sólo tenías que
participar de la carrera, sino que
tenías que terminarla. Después se cambió. En ese momento me agarró una ansiedad
total. Igual la última carrera eran 15 kilómetros nada más, tres horas pero
sentía mucho miedo de no poder terminarla. El reglamento me parecía medio
exigente porque tener que terminar si o si la carrera, si no perdías todo lo
anterior. Así que me acuerdo que llegué bastante nerviosa. La realidad por otra
parte es que no lo pude disfrutar mucho porque al final fue cancelada porque
falleció un chico en una carrera del día anterior. La competencia había sido en
Emigratos Árabes, el agua estaba muy caliente, afuera hacía como 45° y el chico
se descompensó y se ahogó. Por eso
después cambiaron el reglamento. Tenía muchas posibilidades de ganar el
circuito y seguramente sintiéndose mal siguió porque se tenía que terminar si o
si.
-¿Se
modificaron otros aspectos del reglamento?
Si,
seguridad. A partir de ahí tiene que haber determinada cantidad de botes.
-¿Desde ese
momento hasta hoy caés en la cuenta de todos los títulos que conseguiste?
No, la
verdad que no. Siempre digo que me doy cuenta que es importante para mí como
objetivo personal. Pero para mí son más importantes otras cosas en mi vida,
como tener salud, mi familia unida. No es lo más importante de mi vida.
-El año
pasado escribiste en tu blog una nota que se llamaba “excusas del ganador”,
dónde contabas una anécdota muy interesante, con una gran conclusión y mensaje
¿Qué fue lo que hizo que escribieras esa nota?
Lo que me
había pasado es que yo gané la carrera, pero a mí me pasaron diez mil cosas en
el medio que tuve que superar y me di cuenta que si yo no hubiera ganado y
hubiese dicho me pasó esto o lo otro, me golpeaban, no podía hacer pis, los
vasos y demás. Era interpretar las excusas, digamos que pasaba cuando yo así había ganado. Nadie piensa que sos
excusas y sin embargo hubieran sido excusas si no hubiera ganado. Quiero decir,
como un resultado puede la decisión de uno. Así que por eso le puse ese título “Excusas
del ganador”, porque me dí cuenta que tenía miles excusas, que la gente podía
decir que eran pero si no hubiera ganado, pero gané, entonces ¿Qué eran?
-¿Hacés algún
ejercicio mental para afrontar estas competiciones que requieren de muchas
horas bajo el agua?
Tengo un
psicólogo deportivo que me ayuda que en determinadas situaciones pueda revertirlas.
Son técnicas que se aprenden. Bajar la ansiedad por ejemplo. Pero la realidad
es que ya son muchos años entonces ya sé las sensaciones que voy a vivir y sé
que los momentos malos también pasan. Tomo todo de una forma muy natural.
-Sabemos
que reprensentás a River y la verdad es que siempre se cree que River sólo es
fútbol y hay un montón de deportes. ¿Cómo llegaste al club y que significa para
vos a nivel deportivo?
Yo llegué a
River cuando tenía 18 años, después de nadar en GEBA. Nadé dos años en el
equipo, después me pasé a otro club un año nada más y volví y ya estoy en el
club hace 8 o 9 años. Lo que tiene River es que lejos en cuanto la natación, en
realidad en todos los deportes, es una de las mejores. No sólo por la pileta de
50 metros que hay muy pocas, si no por las instalaciones que tiene alrededor,
la flexibilidad de horarios. Como
institución es lejos la mejor de la Argentina.
-Por
último, un consejo que le puedas dar vos a aquellos que les interesa empezar a
nadar en aguas abiertas, pero por ciertos motivos no se anima.
A la gente
le sorprende las aguas abiertas porque es mucho no ves. Al principio a mí me
sorprendía lo mismo, pero todos deberían hacer la experiencia en aguas abiertas
para ver que sienten. La realidad es que las carreras tienen seguridad, así que
no hay que tener miedo porque está previsto esto. A mí me pasó que la sensación
de libertad que yo tuve es hermosa y
sobretodo el contacto con la naturaleza, la sensación que no das vueltas porque
nadas siempre derecho, es hermoso. Osea probarlo aunque sea una vez para decir
que no te gusta, pero no hacerlo sería una lástima realmente. Mi recomendación
en cuanto al miedo es hacerlo en grupo, con un profesor, avisar a un guardavida
o alguien que esté en la playa y animarse. El miedo lo tiene uno y yo siempre
digo que lo mejor es hacerlo para superarlo, esto desde el
aspecto mental. Desde lo práctico, lo que hace mucha gente cuando empieza es
atarse un torpedo a la cintura, por seguridad y
para pedir ayuda, eso se utiliza mucho. De hecho la gente que es
profesional, que va nadar sola al mar, lo hace. Hay que animarse a hacerlo, hay
que romper esa barrera. Romper barreras siempre depende de uno. Uno te puede
alentar a hacerlo pero el que toma la decisión es uno. Tomar decisiones es
difícil, pero también muy reconfortantes cuando las tomas.
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